Ser agua

Ser agua

El agua fluye sin parar. Va de las nubes al mar pasando por los ríos y vuelve a las nubes, siguiendo su ciclo. A priori, no existe voluntad alguna en su movimiento, simplemente sigue los designios de la naturaleza. Pero a veces, su fluir es diferente. A veces se enfurece y arrastra con sus corrientes sin piedad, golpea con sus olas, e inunda con sus lluvias. Las nubes, los ríos y el mar pueden ser un remanso de paz y un infierno a la vez.

Una vez, durante una semana de prácticas en el hospital universitario donde estudio, una enfermera a nuestro cargo nos dijo: «Ayer fui a un curso que nos obligan a hacer desde recursos humanos, una de esas iniciativas modernas en las que se creen que por citar a Coelho y obligarnos a hablar de nosotros mismos vamos a convertirnos en mejores personas». Uno de mis compañeros respondió: «Menuda pereza». «Sí», volvió ella, «pero dijeron una cosa que me gustó. Dijeron que el carácter de las personas se puede relacionar con los cuatro elementos. Que tierra y fuego van juntos, así como el agua y el aire. La tierra y el fuego son los caracteres más duros, tercos y estables, y representan a la mayoría de los médicos. En cambio, yo soy agua o aire. Por lo que parece, los enfermeros nos dejamos llevar más por nuestras emociones, somos más sensibles. Seguramente no seríamos buenos doctores por este motivo».

La conversación terminó en ese punto, y todos regresamos al trabajo. Pero yo me quedé pensando en el agua, porque una vez, con un par de amigos una tarde de verano, hablamos exactamente de lo mismo. La chica ha sido amiga mía toda la vida, con lo que puede presumir de conocerme bastante bien, y al chico solo lo había visto un par de veces antes. Recuerdo que acordamos que ella debía ser fuego sí o sí, pues a poca gente más pasional que ella he conocido, y de lo que quedamos con respecto a él no me acuerdo. Tampoco importa. Lo importante es que no dudaron al decir que yo era agua. Entonces, ¿estaba equivocada? O más bien, ¿se confirmaban mis anteriores sospechas de que no estaba hecha para esto?

Otro aspecto importante del agua es que no se puede controlar su destino totalmente. Claro que puedes construir presas imposibles, desviar ríos, embotellarla en plástico, o hacerla pasar por tuberías de acero inoxidable, pero no puedes controlar todas las infiltraciones y goteras de un planeta que es 70% agua. Es como tratar de extinguir todas las revoluciones del mundo mediante represión y amenazas. Sería una pérdida de tiempo. Estas gotas que se escapan pueden errar por sitios en los que no deberían estar, pero no creo que les de miedo, porque si no encuentran de nuevo su camino, encontraran un río subterráneo al que unirse, servirán de nutriente a una planta en crecimiento, o saldrán un día a la superficie y volverán a formar parte de alguna nube.

—Tú, la distraída, recuérdanos cuales son los principales marcadores hepáticos.

Hay muchas tierras y fuegos mirándome, pero sonrío antes de responder, pensando en que soy esa gotita perdida que pronto acabará alimentando a la tierra, apagando algún fuego, o siendo mecida por el viento cuando encuentre el camino de vuelta a mi nube. Porque a veces, siendo agua, nos dejamos llevar por el río equivocado, pero siempre estamos a tiempo de regresar al cielo, verlo todo con perspectiva, y volver a empezar.

 

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Soy Mireia,

Y os doy la bienvenida a mi bosque, donde bestias de tinta se alimentan de palabras y crían historias.