Hombre pájaro de la Luna. Birdman of the Moon. Su nombre y su esencia se entrelazan el uno con la otra hasta concebir una melodía de jazz, el recuerdo de una música lejana.
Hombre pájaro de la Luna. Que sólo sale de noche y se entristece porque nadie lo mira, porque él no brilla como las estrellas y como la luna de la que procede.
Hombre pájaro de la Luna. Sentado en un tejado de una gran ciudad, distinta cada noche, silba sus melancólicas melodías mecido por los vientos de la resignación y por una brisa de esperanza.
Hombre pájaro de la Luna, con él siempre ocurre lo mismo. ¿Cómo podría alguien comprenderle? Un pobre condenado a la libertad del vuelo eterno en un mundo en el que nadie mira al cielo.
Hombre pájaro de la Luna. Extiende sus grandes alas y se refugia en su abrazo, pues las noches sin luna se le antojan más solitarias, y ni su música se atreve a hacer sonar.
Hombre pájaro de la Luna. A veces seduce a alguna joven distraída que mira la noche y no el firmamento, encontrándose con su alada figura tras la ventana de su habitación.
Hombre pájaro de la Luna. La noche que te vio había luna llena. Vio tu sonrisa en cuarto creciente, y el sonido de tu jazz decreciendo mientras te alejabas volando hasta desvanecerte.
Hombre pájaro de la Luna. Le pareció que la luna desaparecía tras de ti, que las constelaciones se ocultaban todavía más tras las cegadoras luces de la ciudad.
Hombre pájaro de la Luna, ¿cuándo te volverá a ver? Ya no camina mirando al suelo, ya no mira la luna ni las estrellas, ya no escucha otro jazz que no sea el tuyo.
Hombre pájaro de la Luna. Promete que la buscarás en cada rostro que mire al cielo al caer la noche. Y si la ves sonreír al verte llegar, si se emociona al escuchar tu música y extiende sus brazos anhelando volar hasta ti, llévala contigo cada noche a otra ciudad.









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